Podría parecer que la administración solo mide la seguridad de los ciclistas desde una óptica: la del embudo que representa el telescopio desde el cual nos mira. Nos mira desde la lejanía que supone el no haber ido nunca en bici ¿Cuántos políticos y directores/as de la DGT saben lo que es desplazarse en bici cotidianamente? Desde ese embudo corto de miras solo entiende una cosa: que nos autoprotejamos nosotros solitos de los demás. No son los coches los que matan, al parecer somos nosotros los que nos matamos solos y para eso no hay mejor remedio que atontarnos dentro de un casco no vaya a ser que veamos más allá. Y eso es en realidad lo que pretende. Lo que hace no es producto de la falta de miras, sino que es producto de calculados intereses.
la primera parte de este artículo en lo que se refiere a los datos y gráficas está básicamente sacado de aquí:
http://www.enbicipormadrid.es/2013/10/los-resultados-del-casco-ciclista-…
El artículo de enbicipormadrid es un artículo sesudo en lo que se refiere a estadísticas. De él solo hemos extraído la parte dedicada a la accidentabilidad en carretera (donde hasta el momento rige la obligatoriedad del casco) y además hemos prescindido de los datos que rebajan la eficiencia del casco (los que solo recogen los ligados a su obligación y no a su utilidad per se).
Pero a mi juicio, lo más importante del conjunto de todo este escrito que me permito firmar con mi nombre son las reflexiones finales. Reflexiones ligadas a las estadísticas, pero también al derecho a la propia vida. A vivirla según uno o una lo considere (mientras no atente contra la de los demás) y a defender ese derecho que poco a poco nos han ido quitando los que controlan el Estado a través de gobiernos, parlamentos y administraciones.
1-¿Hay diferencia de lesiones en la cabeza entre los que llevan casco y los que no?
Como era de esperar, sí, las lesiones representan la mitad.
Negar que un casco protege la cabeza iría contra el sentido común pues un casco está hecho para proteger la cabeza de la misma manera que una coraza está para proteger el pecho o un chaleco antibalas para protegerse de las balas. Otra cosa es el grado de protección de cada elemento y de si su uso puede repercurtir en lesiones en otros lugares del cuerpo (por ejemplo en las cervicales en el caso de los cascos para ciclistas). En carretera, y según las cifras de la DGT, un 14% de accidentes acaba con lesión en la cabeza a día de hoy (2012). De esos, el casco evita poco más de la mitad, es decir, en solo un 8% de los accidentes el casco tendría utilidad. Esa poca incidencia sobre el conjunto de las víctimas, tal vez sea la que explique una parte del no descenso de las víctimas ciclistas en las carreteras españolas a pesar del uso entorno al 70% del casco. Ese uso pasó desde el 50% previo a la aplicación de la ley por su uso voluntario producto de la concienciación inducida por el debate sobre su obligatoriedad, hasta casi el 75% actual, con lo cual la ley que lo imponía solo incidió en un 20% más en su uso (El ciclista deportivo, el mayoritario en las carreteras lo ve como una parte de su uniforme, pero todavía queda un 25% de los usuarios especialmente no deportivos de las carreteras que no lo acepta porque entienden que los riesgos de los que los pueden salvar no compensan las incomodidades de llevarlo).
2-¿Han disminuido las víctimas desde la obligación del casco?
No, las víctimas ciclistas en carretera se han disparado a partir de 2005 (justo cuando empezó a aplicarse la ley del casco obligatorio) como se puede ver en este gráfico:
(gráfico a partir de datos DGT)
¿Por qué ahora que el casco se usa casi por un 75% de los ciclistas en carretera hay más heridos que cuando sólo se usaba por un 10% en 1993?
Lo obvio sería pensar en que porque hay más ciclistas, que los hay, tal como muestran los datos de ciclistas federados, pero ese dato no aporta nada sobre la eficiencia del casco obligatorio y no tiene porque ser el único factor ha tener en cuenta. Lo interesante es saber que tanto en carretera como en ciudad (donde no es obligatorio el casco) ha aumentado la acidentabilidad debido seguramente al aumento de usuarios pero en ambos casos han descendido la gravedad de los mismos:
Se podría pensar que ese descenso de la gravedad de los accidentes podría deberse al casco pues se observa claramente un paralelismo entre un mayor uso del casco y un descenso en muertes y gravedad de los accidentes. Pero no es así, por tres razones:
1- Porque ese descenso venía de antes
2- Porque también se da en ciudad donde el uso del casco es testimonial hasta 2013, año en que comienza a crecer tímidamente debido al efecto miedo creado por la DGT.
3- pero sobre todo porque se observa que las lesiones de cabeza en carretera caen a la mitad incluso sin casco: Desde 1993 hasta 2012 los accidentes de bici en carretera que acaban con una lesión en la cabeza se han reducido a la mitad. Lo curioso es que eso también ha pasado en los ciclistas que no llevaban casco (ver gráfico).
- (gráfico a partir de datos DGT recopilados aquí)
El mayor uso del casco no explica pues esta reducción. Tal vez debido al carnet por puntos que incide sobre la manera de conducir, las carreteras son cada vez más seguras y los accidentes menos mortales para todos los usuarios de la vía. Esto también está sucediendo para los ciclistas de carretera, y es el factor principal (a pesar de que han aumentado la cantidad de víctimas) de que hayan caído los heridos graves a la mitad.
El casco, sea obligatorio o no, aporta poco a la reducción de víctimas en las carreteras y es en otro lado donde se dirime la seguridad vial en carretera (y en ciudad), de ahí la sensación que tenemos las asociaciones de ciclistas de que la DGT nos está tomando el pelo con sus pretensiones de imponernoslo y lavarse las manos en las medidas que sí inciden de verdad en la seguridad de todos y todas.
¿Justifican los datos la obligación del casco en carretera o en ciudad?
Un casco puede salvar vidas entre los ciclistas, pero ¿Cuantas? También puede salvar vidas entre los peatones o las personas en su quehacer diario pero ¿Cuantas? Y un chaleco antibalas también podría salvar vidas entre los cazadores, pero ¿Cuantas?
Para dar una idea de la gravedad de las lesiones que se producen en la cabeza entre los ciclistas daremos estas cifras de 2010:
53 heridos graves y 19 muertos entre ciclistas en las carreteras y 33 heridos graves y 4 muertos entre los ciclistas en ciudad, que compararemos con estas otras de 2011 de marcado carácter cotidiano y que producen muerte por daños craneoencefálicos: 21 muertos por caídas por traspié y 156 muertos por caídas desde escaleras*.
Las cifras de muertos por daños en la cabeza entre los ciclistas y sobre todo las de los urbanos (4) no parecen ser cifras que representen una emergencia sanitaria, más bien están muy por debajo de la accidentabilidad ligada a la vida cotidiana.
Un muerto siempre es un muerto, una muerte es un drama para quien la sufre y para los familiares y amigos que deja, pero la vida inevitablemente siempre acaba en muerte y eso es irremediable. Podemos hacer por prolongarla pero no podemos hacer de nuestra vida una obsesión por no morir. No podemos obligar a la gente a que vaya con un casco puesto desde que nace por si se cae por las escaleras, se da un traspié o se cae en bicicleta.
El “sentido común” de aquellos que dicen que una vida bien vale cualquier solución (incluida la de obligar a los demás a autoprotegerse) choca contra el propio sentido común de los que prefieren vivir la vida sin obsesionarse con la muerte. Si fuera así tendríamos que salir a la calle con chalecos antibala, rodilleras, coderas, cascos, armaduras…
Puestos a salvar vidas ¿Por que no obligar a todo el mundo a ir en bici? O mejor aún, por que no prohibir ir en coche ¡La de vidas que se salvarían!
Pero el papel de la DGT no es ese, el papel de la DGT es minimizar las muertes que crea el sistema. El papel de la DGT es el de lavar la cara a la industria del automóvil, esa industria que como cualquier otra industria crea puestos de trabajo y crea falsas ilusiones de libertad, pero que ha matado y sigue matando a miles de personas en el mundo. Si para minimizar la sangría hay que recortar libertades que pretendidamente el automóvil da, se hace y las de los ciclistas no iban a ser menos. Pero todos esos recortes atentan contra lo más básico: el derecho a la propia vida.
Si no somos libres de decidir sobre nuestra propia vida ¿Qué clase de progreso hemos tenido después de 20 siglos de civilización?
El casco para ciclistas y sobre todo su obligatoriedad no es más que un subproducto de la cultura del miedo, una cultura fomentada especialmente por los gobiernos autoritarios y los intereses económicos ligados al negocio de los seguros. Cualquier persona sensata y con un mínimo de dignidad no se dejaría imponer una norma como esa.
En relación con los diferentes sentidos comunes recomiendo leer también este otro artículo:http://www.enbicipormadrid.es/2013/08/barbaridades-que-la-gente-dice-cua…
Antonio Llópez Moreno
bibliografía*:
http://www.ine.es/jaxi/tabla.do (21 muertos 2011 por caídas por traspié)
http://www.ine.es/jaxi/tabla.do (156 muertos 2011 por caídas desde escaleras)